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Entrevistas

16 de Julio de 2023

Camilo Escalona: “El Presidente de la República no tiene una alianza política eficiente que lo sostenga”

El secretario general del Partido Socialista analiza la actual crisis que vive el Gobierno en materia política. "No hay que caer en el error de resucitar a la Concertación", dice, además de reflexionar sobre los aprendizajes del momento: "El Caso Fundaciones se dio porque nosotros caímos en el neoliberalismo". Respecto a la oposición, señala: "La derecha busca que el fracaso de Boric sea mayor que el de Piñera. Eso intentan hacer".

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Camilo Escalona (68) vive un nuevo tiempo en la política chilena. En junio de 2022 asumió como secretario general del Partido Socialista en la nueva directiva que ha liderado Paulina Vodanovic en uno de los partidos clave del Gobierno. Desde que Gabriel Boric cruzó las puertas de La Moneda, se ha transformado en uno de sus principales defensores.

De reunión en reunión, el histórico rostro del PS, que ejerció cono senador entre 2006 y 2014, hoy se ha transformado en protagonista de la primera línea de defensores del Ejecutivo. Poco antes del debate que antecedió la acusación constitucional en contra del ministro Marco Antonio Ávila, dejó su posición clara: acusó a la derecha de intentar socavar al Gobierno de Gabriel Boric y, dice él, la estabilidad democrática.

“Ni en el tiempo de Salvador Allende se vio esto. Se batió el récord de acusaciones constitucionales. Una cada cuatro meses, en medio de un año y cuarto de mandato. Eso no había pasado nunca en democracia”, dice el líder socialista.

-¿Cree realmente que existe “un intento real de socavar al Gobierno de Gabriel Boric”?

-Ha habido un festival de acusaciones constitucionales. Espero que con el rechazo de la acusación contra el ministro Ávila esto se detenga. A mí no me quedaba duda de que, de aprobarse, hubiera existido una cascada en la que vendrían después Giorgio Jackson o Carlos Montes. Detrás hay un sesgo desestabilizador, con un solo objetivo: generar un desgobierno y paralizar la acción del Ejecutivo.

-¿A qué sectores apunta estas críticas?

-Detrás está el piñerismo y Sebastián Piñera. Ellos dicen que el Presidente Boric es una de las figuras de lo que llaman ‘octubrismo’. Ellos ven en la nueva generación que asumió el gobierno los responsables del fracaso de la administración de Piñera. La derecha busca que el fracaso de Boric sea mayor que el de Piñera. Eso intentan hacer. Es difícil resolver los problemas de la sociedad con este clima político.

-La oposición actual, ¿cree que es más dura de la que tenía la Concertación?

-Sí, desde 1990 en adelante, no cabe duda. No se compara, aclaro, con la oposición que existió en contra del Presidente Salvador Allende. Eso fue una escalada desestabilizada, que es una experiencia del pasado. Pero es un escenario aparte. Esta ha sido una oposición agresiva, ultraconservadora y enervada por un espíritu revanchista.

Los problemas internos, el oficialismo y alianzas para Boric

“Desde el punto de vista institucional, el Partido Socialista ha cumplido su compromiso de apoyar al Presidente Boric. Hay parlamentarios que no lo cumplen. Es un déficit que tenemos”, confiesa Camilo Escalona al hablar sobre los lazos dentro del oficialismo; un oficialismo que -describe entre pausas- debiera encontrar un método de unión.

“En mi opinión, la principal tarea que tenemos es transformar el conglomerado que apoya al Gobierno en una alianza eficaz, alguien que lo pueda sostener. Es una tarea esencial, pero algunos no lo comprenden”, apunta.

-Como usted comenta, hay parlamentarios del PS que han sido muy críticos del Gobierno, como también hubo una gran polémica oficialista a raíz de las declaraciones de Natalia Piergentilli, quien en dos ocasiones ha criticado al sector que está en el poder Ejecutivo.

-¿Qué le hace falta al Presidente Boric? Una alianza con la que se pueda sostener. Es una tarea fundamental para darte estabilidad al proceso democrático, no solo al gobierno. Hay que destrabar la situación política actual, frenar la ofensiva de la derecha. Hay quienes no lo comprenden, por eso se generan las discrepancias públicas, como la que usted señala.

-¿Ha sido muy difícil para el Gobierno llegar a la unidad?

-Tenemos errores, también. Ejemplo claro es el proceso constituyente. Muchas de nuestras vocerías se sitúan en su propio nicho, como son pueblos indígenas, diversidades sexuales, temáticas ambientales. Tenemos una debilidad: la gente no nos apoya si no tenemos un mensaje de carácter nacional. No respaldamos las transformaciones de carácter nacional que tiene el Presidente Boric.

-¿Muchas divisiones de foco?

-En la izquierda tenemos un refugio en las particularidades. Hay que tener un mensaje nacional, y para ello, hay que tener una alianza política que sea capaz de sostener al Gobierno. Esa unión debe darle fuerza a los parlamentarios, directivas regionales, comunales. Hay que empaparse con un relato nacional que hoy está diluido. Dicho de otra manera: hoy predominan los intereses particulares por sobre el interés nacional. Eso siempre ha llevado a la izquierda a ser derrotada.

-El Caso Convenios abrió un flanco sensible para el Frente Amplio, salpicando el Gobierno, compuesto por partidos y figuras que eran la renovación política. ¿Cómo se restauran las confianzas?

-El Caso Fundaciones, como lo llamo yo, se dio porque caímos en el neoliberalismo. Hay que ser autocríticas: la izquierda se hizo parte de un diseño para reducir el Estado. ¿Quién debiese atender la situación de familiares en campamentos precarios? El Estado, y de manera eficiente. Como ante se pensó que era algo marginal, se trasladó a los privados, pero no era marginal.

Va a ser muy difícil reconstruir la confianza. Pasarán años. Eso no es fácil, no, no, no. Lamentablemente construir confianzas cuesta un siglo y perderlas tarda un segundo. 

-Pero más allá de las fundaciones, es un caso que se da entre las filas del Gobierno.

-Estamos recibiendo un castigo por nuestras propias debilidades. Es que el tema con el Caso Fundaciones es que ese trabajo se debe hacer sobre la base del Estado. No digo que se tengan que disolver las fundaciones, muchas hacen un trabajo para aplaudir, pero eso no significa disolver el Estado.

-Usted plantea que es un problema de Estado, pero, ¿cómo ve particularmente que se haya dado desde un sector que criticaba los “30 años” y llegaba como renovación política?

-Es que, claro, se cayó en una metodología neoliberal. No es que el Estado antes resolviera este problema, pero es que ahora se trata de traspasar plata a privados. Ahí están las consecuencias.

-Pero uno de los puntos de la discusión, en el Caso Fundaciones, fue que ocurrió en un partido que era parte de la renovación. ¿Significa un problema para las nuevas generaciones que llegaron con la promesa de cambiar la política?

-No, el problema es el que mencioné. Acá hay que restablecer la debilidad del Estado en su conjunto. No soy de los que acusan a RD como institución. No, no. Esto viene de mucho tiempo atrás. Claro, ante la debilidad ideológica de no defender la función del Estado, empezó a entregar recursos a fundaciones privadas y están los sinvergüenzas que se han aprovechado. Pero eso no es responsabilidad de una fuerza por separado. Acá hay una orientación de tipo general, algo que hay que modificar. El Estado debe ser responsable de las políticas públicas.

Los 30 años

-En el último tiempo ha surgido una discusión y revalorización sobre los gobiernos de la Concertación y Nueva Mayoría. El propio Presidente Boric, en España, destacó los llamados “30 años”. ¿Fueron mejores de lo que se criticó en 2019?

-No creo que haya una dicotomía. Las personas que no valoraron a la Concertación en su momento y hoy lo hacen, bien hecho está. A mí me parece muy bien que se vea con otros ojos la Concertación, pero no hay que caer en el error de resucitar a la Concertación, porque las condiciones cambiaron. Ahora hay otra realidad política en el país.

-Pero algunos sectores destacan hoy el trabajo de la Concertación en materia económica y social. Hace un par de años eran críticos del periodo.

-La derecha lo hizo primero, lo de hablar de los 30 años. La derecha es astuta, con una gran y larga experiencia política. Habitualmente ha visto los primeros primero que los ideólogos que nosotros tenemos. La derecha empezó a tratar de quedarse con el patrimonio de los 30 años, que es algo que Piñera ocupa desde hace varios años. Eso demuestra nuestra torpeza, no más: que Piñera se apropie de lo que nosotros hicimos.

-¿Lo molesta ese escenario?

-Esta discusión es algo que debemos superar po. Hay que revalidar lo que hicimos, pero asumir las tareas nuevas. ¿Cuáles son? El Presidente de la República no tiene una alianza política eficiente que lo sostenga: eso es lo que hay que construir. No hay que quedarse mirando para atrás. Hay que valorar las tareas que hicimos, para asumir los desafíos del presente.

La conmemoración de los 50 años del golpe de Estado

Además de sus preocupaciones políticas del actual momento, Camilo Escalona no deja pasar la discusión que existe en el marco de la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado. Por medio de columnas, ha sido crítico de algunos parlamentarios defensores del 11 de septiembre.

-¿Cómo explica que hoy parlamentarios digan abiertamente que están a favor del golpe de Estado?

-Eso siempre estuvo latente. En la sociedad chilena hay un sustrato de personas que han pensado así durante todo ese tiempo. Un ejemplo de ello es el propio Alessandri, quien justifica el golpe militar, como él lo declara. ¿Él no lo justificaba hace 10 años atrás? Lo que pasa es que ahora lo confiesa.

-La última encuesta CERC-MORI apuntó en un crecimiento del 20% al apoyo al golpe de Estado entre 2013 y 2023. ¿Qué factores explican estos hechos?

-Pinochet, en el plebiscito del 5 de octubre, sacó el 44% de los votos. A mí no me sorprende esta realidad. En Chile ha habido un sector de la población que no nos acompaña en la condena a las violaciones a los DDHH, que no entra en ese debate, lo elude. Es penoso que así ocurra, es una tarea para el futuro.

-¿Por qué hoy sí salen a la luz quienes defienden el 11 de septiembre?

-Hay un clima que hace posible el desparpajo y el descaro. Hace 10 años no estaban las condiciones para que alguien pudiera decir que estaba a favor del golpe militar. Pero de lo que pensaban, lo pensaban. La derecha chilena ha tenido esta posición siempre. Recuerde cómo fueron a Londres a rescatar a Pinochet en su momento. No veo por qué hoy hay que sorprenderse.

¿Existe la posibilidad de llegar a un consenso como sociedad por la dictadura militar?

-No, acuerdo no habrá. Para eso es el régimen democrático, que puedan existir visiones diferentes. Eso es lo importante. Por ejemplo, está debate del Consejo Constitucional para dotar a Chile de una institucionalidad que permita que coexistan en Chile corrientes de opinión y fuerzas políticas con visiones diferentes. La democracia no es para que todos pensemos igual, sino para vivir con las diferencias.

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