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Un “partido único” y una “gran coalición de centroderecha”: cómo se mueven las fichas tras los llamados de Boric y Piñera a aunar sus sectores

Los líderes de las principales coaliciones de la política nacional ya se han manifestado en distintos contextos, pero con un mismo objetivo: concentrar su influencia en un sólo grupo y reducir la fragmentación política. Mientras el Frente Amplio ha ido respondiendo a la solicitud de Boric de afianzarse en un único partido, Chile Vamos -y la centro derecha y derecha dura- se resiste a la idea del exmandatario.

Por Rocío Latorre y Jorge Palacios 13 de Agosto de 2023
Imagen: The Clinic / Camila Cruz
Imagen: The Clinic / Camila Cruz
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Hay un diagnóstico que se ha instalado a la interna del Frente Amplio durante las últimas semanas. Cuando la ciudadanía se refiere al escándalo de Democracia Viva en particular, o a todo el lío de platas develado a partir de esa situación, el Caso Convenios, poco importa la militancia de los involucrados. Para bien o para mal, la percepción es que son militantes del Frente Amplio, una “marca” ya instalada en el espectro político que apoya al Presidente Boric.

“Existe esta visión de que es el Frente Amplio el que está involucrado, lo cual es inexacto, pero tiene su explicación: el Frente Amplio siempre se ha mostrado como una unidad”, analizó hace algunos días la vicepresidenta de Convergencia Social (CS), Ximena Peralta, en diálogo con El Mostrador.

En medio de la discusión política para conformar una única colectividad en el mediano plazo, ese análisis no es irrelevante.

Fue en el cuarto aniversario de su partido, Convergencia Social, que el Presidente Gabriel Boric se apersonó y entregó un discurso. “Les invito compañeros y compañeras a este cuarto y ojalá último aniversario del partido (…). Estoy adelantando, a que pensemos en grande”, dijo.

Si bien las palabras del Presidente Boric marcaron un hito en esa discusión política, los diálogos habían comenzado antes, pero con “freno de mano” y sin urgencia. 

En su último congreso estratégico, antes de la crisis que hoy azota a Revolución Democrática (RD), el tema había sido abordado. En ese entonces, la tienda dirigida por el senador Juan Ignacio Latorre definió fortalecer su proyecto y los valores e identidad fundante. ¿Partido único? Si bien la directiva estaba mandatada para iniciar la discusión, se estableció como un tema no prioritario. No al menos durante 2023.

Golpeados por la salida de algunos de sus dirigentes en puestos estratégicos del gabinete, y frente al crecimiento experimentado por la colectividad de Gabriel Boric, RD buscaba recuperar su posición que mantuvo por años como el partido fundador del Frente Amplio.

Pero el giro vino tras los escándalos de corrupción.

Entre sus pares de Convergencia Social y de Comunes afirman que la idea no es un “salvavidas”, y que el Caso Convenios sólo ha complejizado la discusión que se venía dando, pero sí reconocen que frente al nuevo escenario político, la definición tomada por RD hace tan solo un par de meses atrás ha perdido toda la vigencia política y eso, de cierta forma, ha dado un nuevo impulso al proceso.

Así, el pasado viernes, se marcó el hito fundacional. Tras reunirse los tres partidos y movimientos en la sede de Convergencia Social, se emanó una declaración tras el llamado de Boric.

“A través de su mesa nacional, el Frente Amplio iniciará un proceso interno de cohesión política, orgánica e ideológica. Por ello, hacemos un llamado a todas las militancias, de Arica a Magallanes, de nuestros partidos Revolución Democrática, Convergencia Social y Comunes, y de los movimientos Plataforma Socialista y Unir, a encontrarse (…)”, establecieron.

Tras esa señal, se marcó otro movimiento: el ingreso pleno de Unir -movimiento del que es parte el diputado Patricio Rosas y el exvocero de gobierno de Michelle Bachelet, Marcelo Díaz- a Comunes. ¿Podría ocurrir lo mismo con Plataforma Socialista? Es parte de las conversaciones. 

A mediados de julio, se formó un “comité de enlace” entre dicho partido y el movimiento para coordinarse en torno al partido único. Aunque por ahora han manifestado querer continuar como movimiento dentro del bloque, sobre la mesa Comunes ha manifestado su apertura a recibirlos.

El presidente de Comunes, Marco Velarde, justifica que detrás de la idea de una sola colectividad, está el objetivo de “sostener el gobierno del presidente Boric y empujar sus reformas, pero también está aparejado al trabajo de unidad de la alianza de gobierno, ser impulsores de que las filas de gobierno estén completamente ordenadas y de una estrategia común para la elección municipal”.

Por ahora, aunque se definió una periodicidad mensual de reuniones en torno al tema, hay cierta expectativa frente los movimientos internos en RD. 

Se espera que este mes la colectividad realice un cónclave donde podría renovarse, anticipadamente, a la directiva liderada por Latorre que hoy, en medio de la crisis política, ya cuenta con dos miembros “ausentes” de sus labores por distintas razones: la secretaria general, Araceli Farías; y el coordinador territorial, Maximiliano Morel.

La salida de Giorgio Jackson, eso sí, marcó un nuevo gesto de unidad entre las colectividades que apoyan a Boric.

En la sede de Convergencia Social y Revolución Democrática se realizó un improvisado “arengazo” en respaldo al renunciado ministro. Al fin y al cabo, que se haya optado por su salida, “es una derrota para todo el Frente Amplio, independiente de las siglas militantes”, dice un dirigente RD.

Un líder con pocos fieles

Hace una semana, quien ha sido el líder de la coalición de derecha más exitosa desde el retorno a la democracia, el expresidente Sebastián Piñera, manifestó su perspectiva de cómo debía continuar el camino de Chile Vamos hacia adelante.

“Creo que Chile Vamos debe aspirar a buscar alianzas desde la derecha republicana hacia el centro, Amarillos, Demócratas y hacia la sociedad civil, los independientes”, dijo Piñera -en entrevista con La Tercera-, dejando entrever su solución para una futura elección presidencial, buscando replicar el éxito generado por la Concertación en 1989. Sin embargo, pese a la insistencia de unir a la derecha y no a que cada uno velase con su agenda, la idea no fue bien recibida ni por el centro, ni republicanos, ni por el entorno más cercano de su coalición. 

El senador y fundador de Demócratas,  el exDC Matías Walker, a las horas descartó cualquier alianza con los extremos -ya fuere Apruebo Dignidad o el Partido Republicano-, precisando que el interés de su partido radica en formar una coalición de centro y “no estar a la cola de una alianza de derecha”, como lo pretendía Piñera.

La presidenta de Evópoli, Gloria Hutt, por su lado manifestó -en entrevista con The Clinic– que, además de ser una idea prematura, “hay estrategias que uno puede tener en conjunto sin necesariamente ser una alianza”, alejándose medianamente de la idea central de conformar una coalición política que una a la derecha en una sola y acercándose más a la “naturalidad” -ya antes mencionada en el sector- entre Amarillos y Demócratas. El diputado Francisco Undurraga (EVO) es más severo: “la posibilidad de generar un gran acuerdo (de toda la derecha) no está”, junto con secundar a la presidenta de su partido insistiendo que el crecimiento de la coalición debe estar orientada hacia el centro y no al extremo republicano. Señala la victoria en segunda vuelta del Presidente Gabriel Boric como ejemplo.

En RN, por otro lado, se ve con buenos ojos la idea. Para la senadora María José Gatica (RN) -quien está postulando a la presidencia de su partido- no le parece que el camino de Piñera esté erróneo. “Todos los liderazgos son bienvenidos cuando queremos enderezar el rumbo del país”, afirma, junto con señalar que el fundador del Partido Republicano (PRep), José Antonio Kast, “tiene mucho que contribuir a esta discusión”. Como uno de los objetivos principales en el mediano plazo, precisa, es que vayan unidos en las municipales del próximo año.

En el gremialismo, el diputado Guillermo Ramírez (UDI) reconoce que “derrotar a la izquierda siempre es difícil, aunque parezca pasar por un mal momento”. A pesar de que Demócratas y Amarillos se restasen de la propuesta, Ramírez destaca como “interesante” que estos no tengan problemas con unirse a Chile Vamos. 

Mientras, en el ala más lejana, la puerta de republicanos no se cierra por completo, pero con consideraciones. Un parlamentario del sector comenta que el problema de esta gran alianza de derecha sería la inclusión de Amarillos y Demócratas, pues ambas colectividades no estarían dispuestas a perder la identidad por la cual surgieron. Reconocen en la tienda fundada por JAK que les hace falta un socio, pues tienen conciencia que no pueden quedarse confiados de los últimos resultados electorales que han sido favorables para la derecha, concentrados en el Plebiscito del 4 de septiembre del 2022 y la elección de consejeros de mayo de este año. 

A lo anterior añade que no ve con malos ojos una “unión por omisión” o una “unión temática”. La primera se entiende para las elecciones de gobernadores regionales o alcaldes -no así concejales-, en donde se espera no generar una dispersión de votos que son para la derecha. La segunda hace referencia a los proyectos de ley o mociones parlamentarias que se puedan impulsar con el apoyo transversal de los partidos del sector. En cuanto a liderazgo, se cierra a decir que solamente se podría establecer un líder a partir de una victoria en la elección presidencial. No antes.

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