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Nacional

20 de Febrero de 2024

Maipú, Puente Alto, La Florida y San Bernardo: propuesta de subdividir comunas para mejorar la seguridad provoca el rechazo de los alcaldes

Subdividir comunas de la Región Metropolitana La Florida - Foto: Agencia Uno

El alcalde de Huechuraba, Carlos Cuadrado, propuso subdividir las comunas de Maipú, Puente Alto, La Florida y San Bernardo, con el fin de mejorar la gestión en seguridad. La medida fue resistida por los jefes comunales, que aseguran que "es una pésima idea" y "no va en la dirección adecuada". En tanto, un urbanista plantea que "desagregar el poder, en cuanto a la delincuencia, genera mayor lentitud en la toma de decisiones" y que "debiésemos minimizar la cantidad de comunas".

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Subdividir las comunas más pobladas de la Región Metropolitana en unidades territoriales más reducidas. Esa fue la propuesta del alcalde de Huechuraba y expresidente de la Asociación Chilena de Municipalidades, Carlos Cuadrado (PPD), para hacer frente a la crisis de seguridad en el país.

A su juicio, “para el Estado de Chile y para las policías es más efectivo administrar y aplicar sus estrategias en unidades administrativas más pequeñas que en grandes extensiones de territorio”.

“El Estado tiene el deber de analizar cualquier alternativa o propuesta que dé seguridad a los vecinos, porque eso es lo que nuestros compatriotas exigen y reclaman”, agregó Cuadrado.

En ese sentido, el alcalde de Huechuraba propuso dividir las comunas de Maipú, Puente Alto, La Florida y San Bernardo, cuatro de las comunas con mayor población dentro de la región ―excluyendo a Santiago Centro―.

“Es una pésima idea” y “no va en la dirección adecuada”: alcaldes rechazan propuesta de subdividir comunas

La medida no obtuvo el respaldo de los alcaldes de las comunas aludidas. El jefe comunal de La Florida, Rodolfo Carter, comentó que “bonito progresismo este de dividir comunas para solucionar la delincuencia. ¿Qué viene ahora? ¿Quitarle la ciudadanía a los más vulnerables para acabar con la pobreza? Ni a Don Otto se le ocurrió algo tan brillante”.

En conversación con The Clinic, el edil de la comuna que tiene más de 366 mil habitantes enfatizó que “es una pésima idea. Además, La Florida es como Chile. Tiene un sector acomodado que vive más hacia la cordillera. Ellos en una comuna prospera y segura, y el que está al poniente abandonado a su suerte. O salimos todos, o no sale nadie”.

“Dividir comunas aumenta la segregación”, insistió Carter.

Para el alcalde de Maipú, Tomás Vodanovic (RD), “la propuesta va en la dirección absolutamente contraria de lo que necesita la ciudad. Santiago requiere pensarse y gestionarse de forma integral y no tan subdividida en distintos territorios. Esto afecta la eficiencia de la gestión pública y también la equidad con que se van desarrollando los distintos barrios”.

“Además, comunas como Maipú gozan de una historia y de una identidad que es importante poder rescatar a la hora de evaluar estas decisiones”, expresó.

En ese sentido, Vodanovic ―edil de la comuna de 521 mil habitantes― remarcó que “seguir subdividiendo la ciudad no va en la dirección adecuada. No creemos que sea lo que Maipú necesita en estos momentos”.

Según Germán Codina (RN), alcalde de Puente Alto ―comuna que supera los 568 mil habitantes―, “hay que evitar los prejuicios. Yo le pediría a los colegas que no estigmaticen a algunas comunas en particular. Sobre todo, cuando la evidencia muestra claramente que, por ejemplo, las tasas de homicidios son mucho más altas en las comunas pequeñas de la Región Metropolitana. Las 10 comunas de la región con una tasa de homicidios superior al resto son comunas con poco más de 100 mil habitantes”.

“Hay que poner el foco en terminar con el sistema garantista. Ese sistema que lamentablemente ha sembrado impunidad y hace que las policías se desgasten, mes tras mes, día tras día, deteniendo a los mismos porque vuelven a estar libres y el sistema es incapaz de detenerlos a tiempo”, enfatizó.

Gobernador Orrego (ind): “Para gestionar el territorio, comunas de tamaño mediano son mejores”

Quien tiene una posición distinta es el gobernador de la Región Metropolitana, Claudio Orrego (ind). A su juicio, “respecto de la gestión del territorio, no sólo para prevenir el delito, sino que para gestionar el urbanismo, el desarrollo social, los espacios públicos, siempre comunas de tamaño mediano son mejores que las hípercomunas”.

“Más de 400 mil o 350 mil habitantes es, de verdad, un tamaño muy grande. Entonces, me parece razonable pensar que la subdivisión […] podría ser una medida a evaluar”, sostuvo Orrego.

Sin embargo, resaltó que “hay que tener cuidado con creer que eso es la respuesta para todos los fenómenos de seguridad. El crimen organizado no reconoce límites territoriales. De hecho, la Fiscalía lo que acaba de hacer es recentralizar, porque el crimen organizado funciona en todas las comunas”.

“Es buena la subdivisión para algunas cosas, como el desarrollo urbano y la prevención del delito de menor monto, pero para el crimen organizado se requiere una estrategia regional. Esa estrategia la debiésemos encabezar los gobiernos regionales cuando tengamos las competencias para eso”, cerró el gobernador.

¿Es factible subdividir comunas en la Región Metropolitana?

El ingeniero, urbanista y profesor de Ingeniería Civil de la Universidad Andrés Bello (UNAB), Gerardo Ureta, explica que “para subdividir una comuna, es necesario pasar por el Congreso Nacional y tener las debidas justificaciones. Pero hoy tenemos 346 comunas en Chile, y no necesitamos más comunas. Necesitamos todo lo contrario”.

“Desagregar el poder, en cuanto a la delincuencia, genera mayor lentitud en la toma de decisiones. Y eso es complejo. Hoy vemos dos comunas que son adyacentes, vecinas, y en una vemos muy buenos aspectos y atributos y en la de al lado vemos todo lo contrario. Eso hace que no exista una continuidad respecto del diseño urbano o del mercado inmobiliario”, dice.

Por ello, según Ureta, “que esto pase en materia de seguridad es complicado, porque tendríamos demasiado atomizado el poder y la toma de decisiones. Que cada uno se ponga de acuerdo en qué se tiene que hacer en materia de seguridad es complejo. Por eso necesitamos una autoridad razonable, importante. Por ejemplo, tenemos la figura del gobernador regional, que parece ser una figura más bien decorativa, más que que tenga un poder resolutivo y de toma de decisiones efectiva sobre seguridad. Tenemos al Ministerio del Interior, también, que debiera estar monitoreando y tomando decisiones importantes”.

“Atomizar el poder genera mayor lentitud en la toma de decisiones respecto a la seguridad”, agrega.

En conversación con The Clinic, el académico de la UNAB cree que debiese ser más difícil poder crear comunas. “Debiésemos ir en la dirección de simplificar y minimizar la cantidad de comunas. Pero tenemos que tener cuidado con que estos espacios municipales se transformen en feudos, donde el alcalde parece ser un rey y tiene el poder supremo”, sostiene.

Sin embargo, el urbanista piensa que hay materias que “escapan a la delimitación de la comuna, como la seguridad”. Por ello, plantea que “falta una política de seguridad nacional más que una política local dividiendo más territorios y creando más burocracia para la toma de decisiones”.

Gerardo Ureta reconoce que “hay comunas que son bastante grandes, donde la toma de decisiones puede ser bastante compleja. Pero para ello también es importante que exijamos mayor preparación en los alcaldes y concejales. Hoy tenemos alcaldes y concejales que no cumplen el mínimo en cuanto a conocimiento teórico-práctico de cómo funciona una ciudad o una organización como una municipalidad”.

Marcelo Ruiz Fernández, arquitecto de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) y profesor de la Universidad de Viña del Mar, también abordó sobre cuales debiesen ser los criterios para subdivir comunas.

“Hay que tener cuidado con el tema de la autonomía. En los 70s, la dictadura mediante su reforma administrativa, duplicó las comunas del Gran Santiago. Las nuevas comunas concentraron las erradicación de los campamentos y los proyectos de vivienda social. Ese hecho es relevante para explicar gran parte de la segregación actual de la Región Metropolitana. Por otro lado, a partir de los 90s se produce una suerte de idealización del poder local y se atomiza la administración de ciertos territorios, sin necesidad real. Desde el enfoque de facilitar los mecanismos de la planificación urbana, es mejor no atomizar la administración del territorio. Al contrario, es mejor fusionar”, afirmó Ruiz a The Clinic.

Sobre si la subdivisión es un trabajo “engorroso”, el arquitecto de la PUCV enfatizó en que “es un proceso que requiere estudios minuciosos“.

Las otras comunas que se subdividieron en Santiago

Como un ejemplo para tener en cuenta, el expresidente de la Asociación Chilena de Municipalidades citó el caso de la subdivisión de Las Condes. En 1992, tras un proceso que comenzó en marzo de 1981, dio paso oficialmente a las comunas de Vitacura y Lo Barnechea.

Tras el desmembramiento, las dos nuevas comunas se repartieron la zona residencial de mayores ingresos. Mientras, una mezcla entre lo comercial y lo residencial permaneció en Las Condes, que mantuvo una parte de los sectores precordilleranos. Durante la subdivisión, un paso fundamental fue la fijación de los límites de las nuevas unidades territoriales, que se realizó por decreto.

Ese mismo año, se oficializó la división de Conchalí, que dio origen a Independencia, Recoleta y Huechuraba. La primera de ellas, unió sectores de Conchalí, pero también de Santiago y Renca.

En el caso de Recoleta, fue parte del Departamento de Santiago y surgió de la unión de zonas de Santiago y, sobre todo, de Conchalí. Huechuraba, en tanto, tomó territorios de Conchalí hasta los cerros de El Salto.

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