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7 de Febrero de 2022

Carlos Huneeus, cientista político: “¿Para qué la DC va a entrar al gobierno de Boric? ¿A servir café en el comité político?”

Carlos Huneeus, cientista político DC, ante crucial  Junta Nacional por Plebiscito: "Hay que apoyar la declaración del Presidente Lagos"

El ex embajador e histórico militante DC plantea la provocadora interrogante ante un incierto ingreso de la Falange al próximo gobierno en cargos de menor cuantía, remarcando la necesidad de un debate anterior en el partido: definir previamente "qué es lo que quieren hacer". Y ante el actual estado de orfandad política del partido, Huneeus agrega: "es un grave error de los demócratacristianos decir 'nunca con la derecha', porque en política no se puede decir 'nunca'".

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“No cambiaré una coma de mi programa ni por un millón de votos”, decía el entonces abanderado de la Democracia Cristiana, Eduardo Frei Montalva. Era la campaña presidencial de 1964 y los vientos de la historia acompañarían aquella frase de autosuficiencia electoral. En los comicios parlamentarios del año siguiente, el entonces juvenil partido de la flecha roja alcanzó el 43% de la Cámara de Diputados y casi el 48% del Senado. “Un parlamento para Frei”, se decía en la época. Gobernaron un sexenio sin necesidad de alianzas: no era necesario hacer concesiones. 

Así fue el promisorio ingreso de la DC en la Historia de Chile, luego que casi 300 mil personas integraran la famosa “Marcha de la Patria Joven” para iniciar la “Revolución en Libertad” de Frei Montalva, impulsando transformaciones estructurales de largo alcance como, por ejemplo, la Reforma Agraria que terminó con el retraso cultural que se vivían en los latifundios, unidad de explotación agraria propia del medioevo.

Tiempos promisorios de un partido de vanguardia que definió la política chilena en la última mitad del Siglo XX. Su oposición al gobierno de la Unidad Popular fue tan determinante como su paulatino rechazo a la dictadura cívico-militar de Augusto Pinochet. Y una vez recuperada la democracia, con el primer Presidente proveniente de sus filas, Patricio Aylwin, fueron la llave maestra desde los inicios de la Transición, hasta -ya con un progresivo desgaste- el segundo gobierno de Michelle Bachelet en la era de la Nueva Mayoría. 

De ahí en más, el partido se ha sumido en un ocaso que, por ejemplo, los dejó en la irrelevancia en la Convención Constitucional, ahí donde se definirán las bases institucionales de las próximas décadas. Asimismo, se encuentran en un laberinto de orfandad política, luego que sus antiguos socios de la ex Concertación -PS, PPD, PR- ingresaran al futuro gobierno de Gabriel Boric. La DC, en tanto, quedó mirando la fiesta desde fuera: no fueron invitados. (Aviso: aún se encuentra pendiente la designación de más de 3.000 cargos de confianza; seremis, superintendentes, delegaciones presidenciales, embajadores y jefaturas de servicio)

De todo este recorrido desde los momentos estelares de la República hasta un partido sin aparente destino, ha sido estudioso y testigo privilegiado el abogado y cientista político, Carlos Huneeus. 

El otrora director ejecutivo del Centro de Estudios de la Realidad Contemporánea (CERC) y ex embajador en Alemania en el gobierno de Aylwin, ha dedicado su atención intelectual al devenir político de Chile desde las columnas de opinión y la publicación de ensayos políticos –El Régimen de Pinochet; La Democracia Semisoberana: Chile después de Pinochet, entre otros-, justamente desde su militancia en la Falange colectividad que, dicho sea de paso, dejó suspendida sus elecciones internas por vacaciones para retomarlas en marzo.

Esto, a fin de suceder la conducción de emergencia que asumió Carmen Frei -hija del ex Presidente Frei Montalva- en medio de una trágica crisis de la centro izquierda gatillada por su incapacidad de haber inscrito primarias presidenciales el año pasado ante el Servicio Electoral. Las candidaturas en disputa para la conducción de la DC: la diputada Joanna Pérez y el alcalde de La Granja, Felipe Delpin.

Me parece que es una mala práctica no pertenecer a los partidos y ser llaneros solitarios o constituir movimientos que se difunden, perdone la expresión, como callampas. Me refiché, no he renunciado a mi militancia ni tampoco voy a renunciar”, dice el también académico de la Facultad de Derecho de la U. de Chile en entrevista con The Clinic, quien entró al partido desde la Democracia Cristiana Universitaria (DCU) “por el año 66 o 67”, rememora. 

¿Y cuando comenzó el declive de la DC, Carlos?

-El cambio se produce con el gobierno de Frei Ruiz-Tagle. 

-¿Qué pasó ahí?

-Una mala decisión de quienes lo buscaron a él en los años ’80 para aprovechar el nombre de su padre. Una persona que no había estado nunca en política, que era un ingeniero que trabajaba en una empresa privada y que entró a la política después de la muerte de su padre. 

Entonces, en vez de recurrir ahí a otro prócer que tenía experiencia, como lo era Gabriel Valdés, recurrieron a Eduardo Frei hijo porque el apellido Frei era muy potente en aquella época. Y después en su gobierno, como él no tenía experiencia política, no tomó buenas decisiones y tampoco el partido tomó buenas decisiones. Ahí creo que ahí vienen los problemas y en las municipales del 1996 y en las parlamentarias de 1997, la Democracia Cristiana perdió cuatro puntos porcentuales, 500.000 votos. Y no hubo un sólo análisis autocrítico, ninguno: cero. 

Después Frei Ruiz-Tagle de nuevo fue candidato presidencial en el 2009 y en primera vuelta obtuvo casi la mitad de lo que había obtenido en 1994. Me sorprende su silencio ahora, pero no quiero reducirlo a una persona, es para dar un ejemplo.

¿No se ha hecho autocrítica, al menos, de cómo la Democracia Cristiana ha ido en un franco declive desde mediados de los noventa hasta hoy?

No se ha hecho nunca. Es grave que no lo haya hecho la Democracia Cristiana porque durante los años noventa los presidentes fueron demócratacristianos y fue el principal partido de la coalición. Entonces, siendo la DC un partido principal, nunca se hizo esa autocrítica, menos ahora con la candidata presidencial que salió en quinto lugar. Yasna Provoste está muda por ahí, no ha dicho nada. Se opta por el camino del silencio

¿Y por qué el silencio?

Le repito. En este país hace tiempo que no discutimos los problemas y en función de ello enfrentarlos. Las causas que llevaron al Estallido Social, por ejemplo, siguen debajo de la alfombra. 

En entrevista con este medio, el entonces candidato a presidir la DC, Diego Calderón, sostuvo que el partido se encontraba “en fase terminal”. ¿Concuerda?

-¿Y para qué lo voy a contradecir yo?

-Porque él era incumbente y usted no.

-La elección presidencial y parlamentaria confirma ese diagnóstico. La ciudadanía le ha vuelto la espalda a dirigentes mudos y que llaman a elecciones sin que sepan qué es lo que van a hacer, ni siquiera tienen claro qué van a hacer ante el gobierno. Los parlamentarios andan lloriqueando que el Presidente no los toma en cuenta, siendo que ellos tienen la llave de la mayoría para el gobierno, tienen un poder tremendo. 

Pueden marcar la política nacional con 4 o 5 senadores y 8 diputados. Son pocos, pero de todas maneras cuentan con un presidente que tiene 46 diputados, a los cuales se agregan los del PS, PPD, el Partido Radical. Entonces, no hay una percepción del poder que se tiene; poco, pero se tiene. 

De una vez por todas, los cuatro o cinco senadores tienen que encerrarse en una pieza, ponerse de acuerdo y actuar juntos para ver cómo se sigue adelante, porque el sistema político sin la Democracia Cristiana no va a ser el mismo, no va a ser fácil la gobernabilidad sin la Democracia Cristiana.

¿La DC sobreviviendo en base al pirquineo en el Congreso? De un partido se espera una visión de la sociedad más profunda, en especial con los cambios que está viviendo Chile.

Obviamente que hay que tener unas orientaciones estratégicas y definir los intereses propios. En función de eso, la DC tiene que actuar y tener una posición firme, tener capacidad de perseverar y persuadir a quien corresponda. 

“Siendo la DC un partido principal, nunca se hizo una autocrítica, menos ahora con la candidata presidencial que salió en quinto lugar. Yasna Provoste está muda por ahí, no ha dicho nada. Se opta por el camino del silencio”.

Dentro de la Democracia Cristiana hay actores que incluso sugieren una refundación de marca y de logo. ¿Ayudaría eso?

Para nada, porque el partido ha sufrido una sangría de personas y de ideas desde hace 25 años y eso no es un tema de marketing ni de nombre. Además sobran los nombres, en el Frente Amplio hay como cuatro movimientos adentro. Hay un sistema híper fragmentado, entonces la Democracia Cristiana, que olvidó su historia y a sus próceres más grandes como Frei Montalva y Aylwin: ¿qué va a ser ahora? ¿a quién convocan? Diego Calderón sacó el 15% de los votos, no hay bala de plata para la Democracia Cristiana.

Tal vez la marca Democracia Cristiana está desgastada por el ejercicio del poder en los últimos treinta años.

No me gustan esos términos de marketing. No hay problema de la marca, porque la marca DC también ha sido muy dañada por los propios socios de la Democracia Cristiana durante los años de la Concertación, que le echaban la culpa a la Democracia Cristiana de cuestiones que ellos mismos no habían hecho.

Explíquese.

Los presidentes, desde el 2000 en adelante, fueron de izquierda. Son tres presidentes durante 14 años y no se reformó el modelo económico a fondo: ¿por qué? ¿Por qué no se fortaleció el movimiento sindical como corresponde, por ejemplo?

El fortalecimiento del modelo se logró en los años que Ricardo Lagos era Presidente. Michelle Bachelet fue Presidenta y nombró a Andrés Velasco ministro de Hacienda en el primer gobierno. Esos temas a la izquierda se le olvida, al Partido Socialista se le olvida y al PPD también. Y la Democracia Cristiana dejó que le golpearan las dos mejillas durante muchos años. Es grave que un partido no tenga la capacidad de explicitar lo que quiere y deslindar responsabilidades.

El ala de izquierda de la Nueva Mayoría acusa que no se pudo impulsar más transformaciones por el “freno de mano” que ejerció la DC desde el interior de la coalición. ¿Entonces no fue así?

-La reforma tributaria la dirigió el Ministro de Hacienda y los socialistas. La reforma educacional fue complicada y ahí hubo diferencias, pero esa es una chiva. La DC ya era un partido debilitado y, en su momento, el presidente del partido ni siquiera leyó el programa que se estaba llevando a la práctica.

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“La DC no puede cerrarse a ningún camino”

¿Debe participar la DC en el próximo gobierno?

-¿Para qué la DC va a entrar al gobierno de Boric si no tiene claro lo que va a hacer? ¿A servir el café en el comité político a los ministros, o va a tener funciones importantes? Primero el partido tiene que definir qué es lo que quiere hacer, y eso no lo tengo claro. 

-Pero ya hubo una definición: “seremos oposición”, dijo Yasna Provoste mientras reconocía su derrota en primera vuelta.

Yo me pierdo en el organigrama. Las candidaturas del partido y los parlamentarios tienen ganas de entrar al gobierno, pero el Presidente ya dijo que no. Mejor que sea un gobierno de izquierda para que no le echen la culpa a otros de los problemas que tienen, porque van a tener muchos problemas.

-¿Mejor “tomar palco”, como decía la senadora Ximena Rincón?

Nooo, fue un error grave lo de ella.

Si la DC terminó fuera del gobierno y sus aliados históricos de la ex Concertación les dieron la espalda, ¿Qué posibilidades hay de que la Falange termine acercándose a la derecha?

Es un grave error de los demócratacristianos decir “nunca con la derecha”, porque en política no se puede decir “nunca”, salvo con un movimiento fascista de extrema derecha o extrema izquierda. Por supuesto que la Democracia Cristiana no puede cerrarse a ningún camino.

El problema es que no lo puede hacer en la Convención Constitucional porque la DC no está presente, y en el Congreso son débiles. Además, el Presidente Boric va a tener que entenderse con la derecha, no solamente con la Democracia Cristiana. Frente a eso, yo veo al ministro Jackson ahí negociando con los parlamentarios de derecha. Pero con quién se conversa en la derecha y qué es lo que se va a hacer, eso no es fácil.

Lo mismo dicen desde la vereda del frente: ¿Con quién se conversa en la DC, si tienen suspendida sus elecciones internas para definir a la próxima directiva?

En el Parlamento está claro con quiénes se van a entender. Veamos qué es lo que pasa, hay una noticia en movimiento. 

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“Boric debe contarle a los chilenos el estado del país que recibe ”

¿Cómo va a ser el Chile que se va a encontrar el próximo Presidente, Gabriel Boric?

El Frente Amplio tiene un problema que se ha visto en la Convención Constitucional y que se ha visto en la preparación del programa: la tensión entre la participación en la democracia directa y el principio de la representación política. Pero cuando usted tiene una convención constitucional elegida, y después los constituyentes siguen recibiendo durante semanas y meses propuestas desde la base social en una democracia directa, se abre una situación que no hace viable un Proceso Constituyente

Veo que lo mismo va a pasar con los temas de la agenda política. El gobierno de Boric no debiera mirar al gobierno de Allende, que no fue precisamente bueno en ese sentido, sino que el gobierno de Frei Montalva, concretamente con la reforma educacional que ha sido poco recordada. El Presidente Frei Montalva comprometió la construcción de 2 mil aulas entre diciembre y marzo del 65, y terminó construyendo 3 mil 500.

Ahí yo veo un punto bien delicado: su fragmentación y no tener experiencia de gobierno. Y cuando los partidos entran al gobierno en una decisión tan difícil como la que hoy día vemos, no sé si existe el programa o las orientaciones para reordenar el sistema político chileno tan dañado de los últimos años, y que eso se combine con hacerse cargo de la seguridad, la recuperación económica y la Pandemia.

Y esa experiencia de gobierno, ¿no la aporta, por ejemplo, el PS? En un puesto clave como el ministerio de Hacienda, el futuro Presidente designó a Mario Marcel, cercano al mundo socialista.

Usted ha tocado un buen punto. Este gobierno, con la dificultad económica que conocemos, debe tener un potente programa político que resuelva las necesidades urgentes de la ciudadanía de orden y tranquilidad. De lo contrario, se va a tener cierto establishment económico y político en contra, con el entonces ex Presidente Piñera detrás de eso y preocupado solamente de la economía, y no en que se resuelvan los otros problemas del país, en este caso concreto en la Araucanía, la inmigración y otros temas, como la reforma tributaria. 

“Es un grave error de los demócratacristianos decir “nunca con la derecha”, porque en política no se puede decir “nunca”, salvo con un movimiento fascista de extrema derecha o extrema izquierda. Por supuesto que la Democracia Cristiana no puede cerrarse a ningún camino”.

¿Cómo debería gestionar las expectativas el futuro gobierno?

-Si no se resuelve bien el tema de las expectativas puede ser fatal. Ahí el Presidente electo tiene que dar una señal muy clara. Antes de decir qué es lo que va a hacer, Boric debe contarle a los chilenos el estado del país que recibe. Y tiene que ser muy franco, muy transparente para que convenza a la ciudadanía de que lo que tiene encima es de una magnitud y complejidad enorme.

Pero si no lo hace y empieza un pirquineo por aquí y por allá, y seguimos con las políticas clientelísticas de beneficios y bonos como en algún momento se hizo, el gobierno va a perder fuerza y legitimidad. 

La historia le cayó encima al Frente Amplio antes de tiempo, por el desplome y el fracaso de los ex partidos de la Concertación, y por el fracaso de Sebastián Piñera. El desplome de los dos bloques llevó a que al menos diez años antes el Frente Amplio llegue a La Moneda. No están preparados, y si les va mal en eso y hay muchas dificultades al comienzo, es porque la historia se anticipó por responsabilidad de otros.  La historia se da como se da no más, y Boric tiene que contar la firme.

¿Eso pasa por contar, por ejemplo, que hay menos plata por el déficit fiscal y que no tienen mayorías en el Congreso?

Obviamente eso, pero también convencer a la ciudadanía con el tema de la inmigración y el orden público. Y no solamente contar que nos falta plata, sino también contar que hay plata que sobra en ciertos sectores. Hay buscar una manera de recabar fondos para que el Estado tenga recursos: la reforma tributaria no la puede dejar para después.

Pero tramitar e implementar la reforma tributaria tomará tiempo. Esos recursos no llegarán con la emergencia que se requiere.

A eso me refiero: tiene que ganarse a la ciudadanía y generar la conciencia de que esos recursos existen y que la manera para conseguir esos recursos es una reforma tributaria. También se requiere una capacidad de persuasión del Presidente con los que tienen más plata, que es un sector de la élite también, quienes deben estar considerados en su planteamiento nacional de que existen dificultades, mientras muestra cómo avanzar en el túnel y salir de el. 

Cuando llegue ese momento, tampoco es que los grupos económicos se quedarán de brazos cruzados…

Por supuesto. Aquí hay un tema complicado y eso es tarea de los partidos porque tienen que ser más claros en esto. Los retiros de utilidades que hicieron las empresas fueron gigantescos. Ahí hay una relación con el mundo económico que los partidos deben tener claridad al respecto. Además, este gobierno tiene que reconstituir el movimiento sindical y los movimiento sociales, algunos son parte del gobierno y otros de los partidos. 

Si no se administra bien las expectativas, ¿hay una posibilidad de que esa frustración ciudadana derive en un nuevo Estallido Social?

-Los estallidos sociales no se producen de manera recurrente. Puede pasar lo de fines de los noventa, donde el malestar y la frustración, especialmente en los jóvenes, pueda llevar a un aumento de manifestaciones de violencia. Pero al mismo tiempo, la ciudadanía se retira y dice bueno, este país no tiene destino: ¿quién lo va a resolver? Ahí puede ser la hora de José Antonio Kast o de otro líder político. 

“El gobierno de Boric no debiera mirar al gobierno de Allende, sino que el gobierno de Frei Montalva, concretamente con la reforma educacional que ha sido poco recordada. El Presidente Frei Montalva comprometió la construcción de 2 mil aulas entre diciembre y marzo del 65, y terminó construyendo 3 mil 500”.

Los comunistas suelen subrayar que el programa debe cumplirse de forma cabal. ¿No complica eso la administración de las expectativas ante las dificultades objetivas que tendrá el futuro gobierno?

No está malo que eso se lo diga un partido de gobierno, que sea como una especie de voz discordante y de exigencia al cumplimiento del programa. Habría sido importante que durante el gobierno de Frei Ruiz-Tagle se hubiese dicho que es importante la equidad, habría sido bien importante que eso hubiese ocurrido. No me parece mal que el PC tenga ese discurso. 

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“Boric no puede echarle la culpa al empedrado de lo que no pueda hacer”

¿Qué capacidad tendrá el gobierno para impulsar transformaciones?

El gobierno de Boric no puede echarle la culpa al empedrado de lo que no puedan hacer. Van a tener que negociar y buscar los acuerdos en el Congreso. Mi pregunta es qué transformación importante va a hacer en su mandato, cuál será el equivalente de lo que fue la reforma agraria en el gobierno de Frei Montalva que le cambió el pelo al mundo rural. 

¿Cómo ve aspectado a Giorgio Jackson en el rol de buscar acuerdos en el Congreso como ministro Segpres?

No sé, no lo conozco. Ha estado en la oposición, y al estar en la oposición se suele ser más estridente que al estar en el gobierno. Tiene que lograr convencer y no sé cómo lo va a hacer. Pero es una tarea también del Presidente, es un tema del jefe también. Es el Presidente el que tiene que marcar el paso y preocuparse de tener los acuerdos en el Congreso. 

El Presidente Aylwin era la última instancia cuando los parlamentarios y el ministro Segpres no persuadían, por ejemplo. Aylwin los llamaba, los invitaba a La Moneda y hablaba con ellos. Piñera no hizo nada porque maltrató al Congreso, le echaba toda la culpa al Congreso de lo que él no era capaz de resolver. Eso no puede seguir. 

“La historia le cayó encima al Frente Amplio antes de tiempo, por el desplome y el fracaso de los ex partidos de la Concertación y por el fracaso de Sebastián Piñera. No están preparados, y si les va mal en eso y hay muchas dificultades al comienzo, es porque la historia se anticipó por responsabilidad de otros”

La Convención tuvo una compleja semana con propuestas que generaron polémica. ¿Está asegurado el triunfo en el Plebiscito de salida para una nueva Constitución?

-Pero si no se puede decir nada mientras no se tenga la Constitución. Al paso que van: ¿cuándo va a haber una nueva Constitución? Piense usted que pasaron tres meses escribiendo un reglamento que tiene 80 páginas. No sé cuándo van a terminar la Constitución. Yo soy muy pesimista. 

Además quedó en evidencia que la Convención carece de una estrategia comunicacional. De hecho, esta semana renunció la jefa de la Secretaría de Comunicaciones…

-¿Y qué relevancia tienen las comunicaciones? Cuando el problema es que la máquina y la dirección no está funcionando, hace tiempo que no funciona bien. Esta nueva mesa tiene una tarea muy difícil y va a ser el no postergar la Constitución. Tienen que encerrarse a trabajar.

¿Y si se aplaza? 

-¿Y por qué se aplazaría? Tienen que rendir cuenta de qué es lo que han hecho. De lo único que pueden rendir cuentas es que han escuchado, que han tenido miles de consultas ciudadanas y miles de encuentros en regiones. No es muy bueno lo que pueden justificar, no sé cómo se va a justificar eso. Hay una reforma constitucional que establece nueve meses máximo de plazo, y después tres meses como excepción.

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