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Política

6 de Noviembre de 2023

Jorge Correa Sutil (DC) y debate en torno a la propuesta constitucional: “Si se aprueba el texto va a traernos inestabilidad”

Jorge Correa Sutil Jorge Correa Sutil, exsubsecretario del Interior. Foto: Agencia Uno

El abogado constitucionalista y exsubsecretario de Estado señala a The Clinic que si se rechazase el texto propuesto por el Consejo Constitucional se pause "por largas dècadas" la discusión sobre la Carta Magna, pero tras implementar reformas a la actual.

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Jorge Correa Sutil fue uno de los rostros reconocibles de la exConcertación que se abanderó por el “Rechazo” cuando la Convención Constitucional presentó su propuesta al país el año pasado.

De la misma forma, Correa Sutil aportó en el manifiesto que hizo el expresidente Ricardo Lagos -quien se abanderó por el “En contra” este fin de semana- sobre el texto de la Convención, donde se criticó la forma en que se abordó el proceso.

Sobre la nueva instancia constitucional, que concluye definitivamente este martes, el abogado se muestra disgustado por la propuesta. “No quisiera que este texto se aprobara“, señala a The Clinic, pero también reconoce que si la izquierda insiste en un nuevo proceso constituyente “creo que van a perder y va a ganar el “A favor”, y yo probablemente vote ‘A favor’ también“.

Usted con anterioridad señaló que sólo se visualizan normas negativas en la propuesta Constitucional del Consejo. ¿Votará “En contra”?

Tengo temores fundados de que el proyecto nos traiga más inseguridad ciudadana, más incerteza jurídica y más inestabilidad política. Por lo mismo, yo no quisiera que este texto se aprobara. Pero, al mismo tiempo estoy consciente que quedarnos con la Constitución vigente es quedarnos con un texto en general bueno, pero que tiene dos o tres problemas fundamentales que podrían ser solucionables. El primero es corregir la dispersión de grupos políticos en el Congreso, porque eso traba la gobernabilidad. En segundo lugar, hay que incorporar el reconocimiento de los pueblos originarios y la consagración del Estado social y democrático de derecho. Lo tercero es porque hay grupos que combaten esta Constitución como la de los cuatro generales o la de Pinochet. A mí me parece que si no hay un cierto reconocimiento de que este proceso termina si se rechaza y que ojalá se produzcan esas reformas y estabilicemos la Constitución, creo que vamos a seguir con mucho tiempo con el debate constitucional abierto y eso nos produce mucho daño.

No quiere que se apruebe el texto.

Quisiera que no se aprobara el texto y que hubiera en el Socialismo Democrático, al menos, un compromiso solemne de que el rechazo del texto significa el cierre del proceso constituyente previa la aprobación de un número muy acotado de reformas que queden claras. Ese sería el mundo ideal para mí. Si se aprueba el texto, en cambio, va a traernos inestabilidad y además tiene tal cantidad de problemas que el número de reformas que se requieren es tan grande que eso nos va a traer un proceso de inestabilidad institucional tanto o mayor de la que hemos vivido los últimos años.

Algo similar esbozaba Ignacio Walker. Usted compartió con él un texto de la DC en que discutían sobre la propuesta constitucional. 

Le recomendábamos al partido el “En contra”, pero alguno de nosotros sosteníamos que ese rechazo tenía que venir acompañado de una promesa del cierre del proceso constitucional con estas reformas muy acotadas. Pero eso pasa porque la izquierda deje de hablar de la Constitución de los cuatro generales, de Pinochet, de Jaime Guzmán y la suma como la Constitución que se pudo construir en democracia después de un periodo de dictadura, sin duda.

¿Visualiza esta Constitución como “partisana”?

Sí, particularmente en la última etapa del proceso se incorporaron una serie de normas que como dijo Luis Silva, el profe, acomoda mucho más a la derecha que a las izquierdas. Es mucho más una Constitución identitaria de derecha. La cuestión del aborto sigue sin ser clara. También es una Constitución programática más de derecha, como el derecho al trabajo. Son típicas causas que son de un programa de derecha. A mí me parece muy legítimo que si ganan las elecciones puedan realizarlo, pero no veo porqué eso tiene que quedar petrificado en una Constitución de manera que cuando gane la izquierda no pueda realizar su programa. Los programas democráticos deben poden realizarse todos. La virtud de una Constitución es que todo se realice resguardando sólo los valores democráticos, nada más.

“Espero que se pause para siempre… No para siempre, pero por largas décadas”

¿Cuál es la norma que le genera mayor reparo?

Hay tres que me parecen preocupantes. La primera es la obligación de crear un órgano a cargo de la probidad y la transparencia pública, que coordina a todos los entes estatales. Esto parece muy bonito, pero ocurre que ya existe la Contraloría General de la República. Entonces, duplicar el órgano y someter a la Contraloría y al Consejo de la Transparencia a una coordinación de un ente ajeno va a debilitar y entorpecer el combate a la corrupción. Lo segundo es un conjunto de normas que van a entorpecer el combate a la delincuencia o la garantía de mayor seguridad ciudadana, en la práctica lo entorpecen. Lo tercero es el sistema de calificación y nombramiento de los jueces. Me parece que el Estado de derecho descansa allí y hay una desmesura muy grande, falta de realismo. Los jueces van a ser calificados por un sólo órgano nacional y ese órgano nacional estará compuesto por jueces que van a calificar a los ministros de la Corte de Apelaciones. No funcionan las cosas así. En ningún organismo estatal los subalternos califican a los superiores.

¿Cuáles fueron los aciertos?

Los aciertos están en la arquitectura institucional y particularmente del Congreso Nacional, con la regla que establece el 5%, que los partidos políticos que no logren ese número no podrán elegir parlamentarios, que el parlamentario que renuncia al partido pierde el escaño. Esto va a permitir mayor agrupación de los parlamentarios y un mejor funcionamiento del Congreso y, por lo tanto, un mejor despacho de las leyes que se necesitan con urgencia. También lo hará que el Congreso también tenga un órgano asesor para el seguimiento de la eficacia de las leyes que dicta y para los estudios financieros de los proyectos de ley. Mejora también la participación ciudadana con la iniciativa popular de ley.

Quienes van por el “A favor” defienden la libertad en salud, pensiones, la defensoría de las víctimas, la reducción del número de parlamentarios, entre otras cosas. ¿Qué le parecen esas normas?

Lo que más van a destacar por el “A favor” son dos cosas: uno, que se cerrará el proceso constituyente y yo tengo serios temores de que producto del rechazo que este texto provoca, aunque triunfe finalmente electoralmente, vamos a seguir con inestabilidad constitucional. Lo segundo que van a destacar es la seguridad ciudadana y eso este texto lo entorpece mucho más que lo favorece. Lo primero es que se garantiza el derecho a la seguridad ciudadana, pero no creo que eso mejore en nada el actuar de Carabineros o de la policía municipal. Eso significa que las personas podrán ir a los tribunales a requerir la exigencia de ese derecho y decir “mire, en mi barrio faltan Carabineros”. Cuando la distribución de Carabineros sea hecha por los jueces según las demandas que les llegan caso a caso, esa distribución va a ser necesariamente irracional. Va a significar desorden en la gestión policial. Lo segundo es que se obliga a crear una policía de fronteras. ¿Quién dijo que esa policía será más eficaz que Carabineros?

¿Qué viene después del día de la elección si se rechaza el texto? Hay consenso de que quizás hay una pausa constitucional quien sabe por cuánto tiempo.

Espero que se pause para siempre… No para siempre, pero por largas décadas. Para eso convengamos un conjunto mínimo de reformas al texto constitucional. Si la izquierda o alguien del Frente Amplio triunfa en la izquierda con esa movida de no cerrar el proceso constituyente, bueno, creo que van a perder y va a ganar el “A favor”, y yo probablemente vote “A favor” también, porque no quiero que vivamos eternamente en un proceso constituyente. Prefiero una mala Constitución a la inestabilidad completa.

La puerta se cierra para el proceso constituyente, pero no a las reformas del Congreso, ¿no?

El Congreso acordó casi unánimemente las doce bases. Bueno, ¿qué cuesta volver a acordarlas y decir cuáles faltan en la Constitución?: el reconocimiento de los pueblos originarios, el Estado social y democrático de derecho. “Por qué fue alabado este proceso? porque va a terminar con la dispersión de los partidos y los independientes en el Congreso. Bueno, hagamos esa reforma” y no digo yo que cerremos la puerta con un candado para siempre, pero podemos volver a los 3/5 para darle estabilidad al texto constitucional.

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