Vlado Mirosevic, presidente de la Cámara de Diputados: “Hay un puñado beligerante que están en una actitud de dinamitarlo todo”

Luego de un complejo proceso de negociaciones políticas, el diputado Vlado Mirosevic llegó a la presidencia de la Cámara de Diputados casi por accidente. Fue un triunfo del oficialismo, toda vez que estuvieron a un tris de perder la conducción de la corporación, luego que el Partido de la Gente desconociera un pacto inicial con el oficialismo para aliarse a Chile Vamos y el Partido Republicano, a fin de quedarse con el control de la institución.

PEro como el triunfo de Mirosevic y el oficialismo fue una verdadera tragedia griega, los ánimos y las voluntades políticas quedaron tan crispadas, que al legislador por Arica apenas asumió cuando se enfrentó a problemas de diversa índole. 

Primero, su accidentado discurso de asunción del mando, interrumpido por una irracional interpelación del diputado René Alinco. Luego, la tramitación de la Ley de Presupuesto en la Cámara, donde toda la tensión acumulada se transformó en un festival de declaraciones altisonantes. 

Ahora, además, se une otro factor crítico para las fuerzas aliadas -Socialismo Democrático y Apruebo Dignidad- del gobierno en la Cámara: la ofensiva de la oposición -Chile Vamos, Republicanos y PDG- para censurar a trece presidencias de comisiones, a objeto de quedarse con el control de aquellos espacios, según anunciaron los insurrectos en un punto de prensa en la tarde de ayer, lunes 21 de noviembre. 

De estas cosas profundizó el diputado Mirosevic en conversación con el programa “Como Días Lunes” de Instagram Live de The Clinic. “Todavía no llevaba 24 horas como presidente de la Cámara, y ya me habían amenazado con una censura. No sé si batimos el récord o no realmente”, dijo.

“Llegamos a la presidencia de la Cámara en un momento muy difícil y de mucha crispación y de mucha gente apasionada, siendo que mi principal cruzada es contra el desorden en la Cámara. Parte de lo que yo quiero hacer es poner orden, porque me parece que la Cámara tiene que ser la casa de la democracia y no la casa de las barras bravas”, agregó.

Y a modo de acotación, añadió: “La mayoría quiere hacer su trabajo bien. Lo que pasa es que siempre hay un grupo indisciplinado que está en permanente provocación,

-¿Puede identificar a esos sectores?

-La gente tiene claro quiénes son los que aparecen permanentemente haciendo estos numeritos. Reponer el diálogo y la convivencia democrática dentro de la Sala es mi principal objetivo hoy, que haya un respeto mínimo. Sino, por lo que tendremos que aplicar el reglamento que lamentablemente es muy débil. Es un reglamento que no me acompaña respecto del orden que quiero poner en la Sala. Ahí voy a necesitar una reforma del reglamento para que sea más duro.

-¿Qué tipo de sanciones?
-Por ejemplo, he propuesto que el diputado que le pega a otro en la Sala, porque lo hemos visto lamentablemente, tenga un 100% de la dieta como castigo para que les duela en el bolsillo. Es la manera de ir demostrándoles que no da lo mismo que se puedan comportar como quieran. Están ahí porque la gente los eligió y eso es súper respetable, pero no tienen derecho a hacer lo que quieran.

-El diputado René Alinco le interrumpió su discurso de asunción del mando. ¿También debería ser sancionado ese tipo de actitudes?

-Bueno, por ejemplo, la interrupción de los discursos debe tener una sanción. Y tiene que ser proporcional a la sanción más alta. Yo propongo que sea 100% la dieta y de ahí para abajo va a tener que ir siendo gradual. 

Sinceramente espero que podamos aislar a aquellos que están tomándose este trabajo como una payasada. Ser diputado no es una payasada, es la más alta responsabilidad que podríamos tener y frente a eso exijo un mínimo de seriedad y de respeto.

-¿Y qué apoyos o respaldos tiene esta idea de elevar las sanciones para este tipo de situaciones? Va a requerir el apoyo de sus pares. 

-Aquí hay un pequeño puñado beligerante que están en una actitud de dinamitarlo todo. Se trata de una política de espectáculo muy individual, pero es un grupo pequeño, siendo que la mayoría quieren hacer su trabajo en un espacio que no sea violento. Me parece que es lo mínimo.

He recibido el apoyo de la gran mayoría que quiere trabajar y que quiere prestigiar el Congreso. Porque cuando la democracia y los congresos se comienzan a desprestigiar, ¿qué es lo que viene? Los populismos y los autoritarismos. 

Lo hemos visto en muchas partes del mundo, y yo no quiero eso para Chile. No quiero ni populistas ni autoritarios: quiero una democracia. Uno tiene que luchar por una democracia plena lo más profunda posible a la que hay que cuidar. La democracia en Chile terminó con esto. Costó 17 años recuperarlo, costó vidas.

-¿Y por que el Senado es una institución mucho más tranquila que la Cámara?

-Es una buena pregunta, pero la verdad es que no tengo la respuesta. Son menos, quizá puede ser por eso. No sé la verdad, pero ellos son 55 y nosotros somos 155. Si ustedes se fijan en quiénes son los que hacen escándalo en la Cámara, son permanentemente los mismos. No hay mucha novedad en eso.

Entonces, yo también digo la gente tiene que ser más exigente respecto a sus políticos. De repente uno dice chuta, estas son payasadas que no le ayudan a nada a la democracia, no le ayudan a nadie a asustar a la gente. En fin.

-A la Convención se le criticó también por la imagen que proyectaban. Tal vez hay ahí una hipótesis de los resultados del 04 de septiembre que fueron tan contundentes.

–Lo primero es que cuando hay un escenario de polarización, quienes ganan no son los chilenos, quienes ganan son las posiciones más extremas. Aquellos que hoy día se oponen a todas las reformas y no quieren que haya cambios, son los únicos que ganan. 

Cuando hay un escenario de polarización hasta el final, gana el mundo conservador. Los que quieren conservar el status quo, los que no quieren cambios. Ellos son los que ganan cuando hay un escenario de polarización.

¿Qué es lo que tenemos que promover nosotros? Restaurar el diálogo cívico y promover las reformas graduales, un cambio tranquilo. Al final eso es lo que quiere Chile. No quiere dejar las cosas como están, obvio que no, pero también quiere que el cambio sea razonable, prudente y que tenga su tiempo.

-En un artículo publicado en The Clinic, los ex presidentes de la Cámara, Diego Paulsen y José Antonio Viera-Gallo, le recomendaban tomarse más cafecitos con sus interlocutores.

-Vengo recién llegando a la presidencia, pero sí lo voy a hacer y tomo nota de mis antecesores porque creo que es necesario. Podemos tener ideas distintas, pero no nos veamos como enemigos, somos adversarios políticos y tenemos posiciones.

En la reforma tributaria, por ejemplo, por supuesto que la voté a favor en la Comisión de Hacienda, porque creo que el país necesita más derechos sociales y la gente necesita más protección. Pero claro, no me pierdo que aquellos que votaron en contra no son mis enemigos. Tenemos que tratarnos un poco más fraternalmente. Lo he hecho ya en las primeras semanas. Los he invitado a tomar café, a conversar.

-¿Con quiénes se ha podido tomar café?

 -El presidente de la UDI (Senador Javier Macaya) es un tipo muy decente y nos juntamos a conversar. De verdad le he hecho un llamado público y también privado a la oposición a hacer una oposición constructiva. Efectivamente, hay gente en la derecha que está en una posición más constructiva y hay otros que no, para qué andamos con cosas. 

-Esta mañana se reunió con el Presidente Boric y definieron proyectos de ley “prioritarios”. ¿Cuáles son esos proyectos?

-La seguridad pública y el combate al crimen organizado es prioridad número uno. Ahí tenemos proyectos. Yo le he dicho a la oposición que da lo mismo quién sea el autor del proyecto, lo importante es sí sirve para hacerse cargo de la realidad actual. 

“He recibido el apoyo de la gran mayoría que quiere trabajar y que quiere prestigiar el Congreso. Porque cuando la democracia y los congresos se comienzan a desprestigiar, ¿qué es lo que viene? Los populismos y los autoritarismos”.  

Muestra de ello es que esta semana ya hemos puesto en tabla tres proyectos que no son de gente del gobierno, y creo que eso también es una buena señal, porque nuestra misión es desempolvar 30 proyectos de ley que tenemos que acelerar.

Yo voy a seguir luchando por descentralización, por más libertades y derechos civiles. Vamos a seguir en esa pelea por derechos sociales, por ejemplo, en la reforma de pensiones que significa aumentar de manera inmediata las pensiones, no en 15 años más, no en diez años más, sino que de manera inmediata. Así que la vamos a apoyar con todo.

Proceso Constituyente: “Tiene que haber expertos”

-Finaliza noviembre, empezó el mundial, fiestas de Navidad, año nuevo, vacaciones, verano. Y uno se pregunta, ya casi parafraseando a Mauricio Robles ¿Y cuándo tendremos una nueva Constitución usted que, además, participa en las mesas de negociación para habilitar un Proceso Constituyente?

-Recién vengo llegando a los diálogos constituyentes, no me atrevería a hacer un pronóstico la verdad. He visto buena disposición de todos los sectores, pero hasta ahora no se ha podido llegar a un acuerdo porque el mecanismo es lo que está faltando y no me atrevería a hacer pronósticos.

–¿Tan mal está la cosa?

-Lo que pasa es que no es fácil ponerse de acuerdo en un mecanismo. Han habido acuerdos sobre otras cosas, sobre contenidos mínimos. Había un acuerdo sobre el árbitro que debiese defender estos contenidos mínimos en el Proceso Constituyente, pero no se sabe cuál es el mecanismo exacto, quiénes son, cómo se eligen, los escaños reservados.

No hay un acuerdo todavía respecto de eso. Espero que lo haya, pero no me atrevería tampoco a decir cuál es la fecha.

–¿Y la derecha está trabando esta cuestión o realmente la complicación por destrabar esto es transversal?

-No me atrevería a asignarle la responsabilidad solo a un sector. Eso el tiempo lo dirá.

–¿Es partidario que una nueva Constitución tenga presencia de expertos?

-Creo que que sí, tiene que haber expertos. Eso está muy bien y creo que ayuda. Parte de lo que sucedió en el proceso anterior es que la gente sintió que hizo falta también la presencia de expertos. Siempre hay que equilibrar las cosas. La gente se quedó con la sensación de que nos hubiese dado más tranquilidad saber que los expertos hubiesen tenido más presencia.

–A esas reuniones asiste como presidente de la Cámara o como cercano al Presidente Boric? Usted es compañero de generación del Presidente, hay cierta amistad ahí también.

-Sí, pero voy en representación de la Cámara, porque quienes convocan al diálogo constituyente son el presidente del Senado y el presidente de la Cámara, entonces voy en esa calidad. Hay una gran amistad con el Presidente, pero eso no tiene nada que ver en este papel.

“La reforma tributaria es clave para poder financiar la vejez”

-¿Por qué la gente apoya que la cotización extra vaya entera a la cuenta individual?

-Yo lo explicaría a la gente de la siguiente manera: si sólo se considera la capitalización individual como el principal aporte al sistema, nunca vamos a tener pensiones dignas porque la realidad de los sueldos en Chile son bajos. 

Para la mayoría es muy difícil juntar la plata para auto pagarse una pensión digna, por lo que se requiere una cierta solidaridad. ¿En qué sentido? Que aquellas personas que hoy día son más viejos, reciban el apoyo de la sociedad y de los más jóvenes para que cuando los más jóvenes sean más viejos, reciban también de las nuevas generaciones ese apoyo.

Eso va a significar un aumento de las pensiones inmediata, pero si no tenemos eso y sólo seguimos con capitalización individual, la verdad es que las pensiones van a bajar muy poco. ¿Es contradicción una cosa con la otra? La verdad es que no, por eso se llama sistema mixto en donde hay aporte individual, pero también hay un ahorro colectivo.

-Las reformas tributaria y de pensiones están imbricadas; una financiará, al menos, la implementación de la Pensión Garantizada Universal. ¿Están las mayorías para eso?

-La reforma tributaria es clave para poder financiar la vejez, si no es muy difícil, porque el Estado hoy día no tiene presupuesto. Necesitamos mayor recaudación fiscal y eso significa reforma tributaria. Vamos a poder tener una pensión de $250.000 como base. Creo que es un tremendo avance en Chile.

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